Bienvenidos
Dídimo: Nombre bíblico.
Aparece en el libro atribuido a Juan;
capítulo 20; versículo 24 y otros.
Fácilmente, hoy sería Pastor, Apóstol
o Profeta; pues en mi infancia, fui muy activo y notorio entre mis compañeros
de congregación religiosa, en el barrio Daniel Lemaitre, esquina de la calle 65
con la carrera 17. (Iglesia Evangélica
Cuadrangular).
Quizá mi simultánea incredulidad
inició cuando me relacionaban con ese Tomás bíblico, el gemelo del cual heredé
mi nombre. Se conoce que este
personaje, dudó de la resurrección de Jesús; aun teniéndolo enfrente. Este Tomás pudo ser un magnífico científico.
Pues bien; estudié Química en la
Universidad de Cartagena; y después, Física y Matemáticas para docencia en la
Universidad Libre.
Sinceramente, la lectura de la Biblia
me hizo Ateo-escéptico. Se requiere de
mucho auto-engaño, para aceptar las incoherencias, irracionalidades e
infantilismos que hay en la biblia.
Soy ATEO con mayúsculas. No un ateo
por asuntos políticos. Podría decir
incluso que la política debilitó mi ateísmo, en la medida que también choqué con
conceptos que no compartía, como el concepto equivocado de la Evolución que
prevalece en la izquierda, de que “el hombre viene del mono”. Tampoco soy ateo por asuntos sociales,
étnicos o gremiales; pues no comparto con estos grupos el concepto de la
ideología de género.
Soy ateo por la comprensión de la
Evolución, de la Física y de la Química.
Soy ateo desde que me percaté que había
duda respecto de la existencia del dios bíblico. No soporté la idea de que un dios permita
que se dude de su existencia, porque parece tener algún complejo para
mostrarse. Si existiera un dios;
justamente ESO sería una de las pocas cosas EVIDENTES ante todos. Sería más evidente que la órbita de la luna
alrededor de la Tierra. Sería más evidente
que la gravedad. Las discusiones que presencié sobre la existencia del dios cristiano, me mostraron que eso no existe; que es imaginario.
Soy ateo por haber leído la
Biblia.
En este blog, trataré temas
relacionados con los infantilismos de la Biblia, su incisiva agresión a las
mujeres, sus contradicciones e incoherencias. Sobre todo,
detesto las mentiras de la Biblia.
Con frecuencia, trataré además, temas de interés como los científicos y alguno que otro, de tipo Social o político.
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