CRÉDITOS HISTÓRICOS DE LA TESIS DEL ORIGEN ROMANO DEL CRISTIANISMO.
Alguien debía haber publicado antes, lo que podría considerarse como conclusiones de este libro. La biblia -sus dos testamentos- ha sido objeto de análisis desde muchísimas ópticas. Unas, haciendo análisis de las fuentes externas tanto de los hechos contados, como de los personajes actores, con lo que la narración adquiere tono de crónica. Otras, analizando las verdades fundamentales ligadas a los dichos y hechos de los personajes, y en especial, del personaje homenajeado como hijo del dios. Otras, analizando otros aspectos de las escrituras, como la motivación emocional y volitiva que genera en los que creen; y que dan a estas, una connotación espiritual, somática y anímica.
No se pretende, con este libro, llegar a conclusiones magistrales sobre el personaje Jesús. De hecho; este escrito no se ocupa de discusiones sobre la historicidad de Jesús, ni de Jesucristo, ni de Cristo. Cierto es que critica algunas salidas escolásticas de especialistas que sí tratan sobre dicha materia, -la historicidad de al menos uno de los tres personajes mencionados: El Jesús solo hombre y maestro; el Jesús iluminado y santo; y el Jesús verbo, eterno y consustancial con el dios (Cristo)-, pero no; este libro solo se dedica a sentar algunos hechos favorables a la tesis de que el cristianismo, la religión forjada desde la fusión de los tres Jesús, fue creado en Augusta Treverorum, en las Galias, bajo el auspicio de Constantino.
Por ello arranco aplaudiendo esa tesis, desde la óptica de Fernando Conde, quien la planteó en su libro “Año 303, inventan el cristianismo”.Y defiendo esta tesis, como meritoria de un lugar en el parqueadero de propuestas sobre las diferentes formas de apreciar el cristianismo. Lo hago, porque al menos, busco que se reconozca que existe alguna desconexión con la realidad, si no en las escrituras que se nos ha enseñado son santas, sí en el desarrollo de la historia del cristianismo, partiendo del presunto hecho que quien dividió la historia humana, habría sido un judío (no griego, ni romano, ni liberto; un judío del linaje de David), ubicado en la región gobernada por la dinastía herodiana, en tiempos de Augusto-Tiberio y posiblemente conocido de manera indirecta, por Calígula. Juzgo incoherente que la biblia, como fuente preferente de dicha historia, se salga de ese marco referencial.
Los invito a leer: Créditos históricos de la tesis del origen romano del cristianismo. Adelante. Lo pueden bajar desde el siguiente link: https://drive.google.com/file/d/195rFoROz-xJrSvEvJ_Z39URewWGllNyn/view?usp=sharing
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